sábado, 29 de septiembre de 2018

Capítulo 375 "El palo en la rueda"

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El Otro también impone respeto, claro, Jesús Quintero es el gros de los grosos, lo escribo por si las moscas, por si lee y se enoja, o por si alguien le va con el cuento, cada vez más amigos de Él me tienen en su facebook, quiere decir que si se equivocan me pueden llegar a leer aunque a esta altura un enojo más, un llanto menos… Lo que manifiesta este proceder mío es que sigo siendo no libre, sigo presa de lo que puedan llegar a pensar los demás, en realidad es miedo a la reacción, a lo que puedan hacerme si se disgustan. Ese es el verdadero palo en la rueda, no el Estado, Gordo, ni Macri, ni Lagarde, ese que te digo es. Y parece mentira pero todavía me importa lo que puedan decir los otros, incluido vos, borracho e impresentable como estás ahora. ¿Será que en algún momento se supera eso? ¿O hay que volverse loco entero para liberarse? ¿Hay que perder conexión absoluta con la coherencia para poder ser uno? ¿Uno sin trampas? ¿Sin resquemores? Qué difícil darte cuenta de cuándo te estás haciendo trampa… Bue… la cosa es que el Loco también impone respeto, su experiencia, su carisma, su chifladura, ¡pero a Él le puedo contestar!, ¡le puedo pelear!, y a Antonio no. ¿Por qué? ¿Porque el otro es más hippie? ¿Porque cada tanto se le notan los piolines? Jesús a veces, sin querer queriendo, sin darse cuenta, se descuida y se le ve la inseguridad, vos viste, sale a la luz el ingenuote andalú que lleva dentro, ¿o no?

Pero al de Brazatortas no se le ve ni media hilacha. O no se la quiero ver. Y te diría que Antonio es casi libre salvo por una tontería, se sigue arreglando para sus actos públicos, se pone el pañuelito, los pantalones perfectos, sus zapatitos impolutos, no como el Otro que los usa arrastrando por el piso. Y si Gala se arregla tanto es que le sigue importando la imagen que se llevan los demás de él, así que el infierno de los otros parece ser un calvario para toda la vida. Y vos me dirás que puede ser que el hombre se ponga guapo para él, porque le gusta, y yo te responderé que no, que si no le importaran los demás Antonio ya no saldría de La Baltasara, ni cuerdo. No sabés vos lo feliz que es ahí adentro el Muso. Pero todavía siente que tiene que cumplir… Como vos y yo, qué va´cer… Y la sigo extrañando, eh, a mares la extraño a la Otra, a la Rubia desquiciada, ya pasó más de una semana y el dolor convive conmigo como el primer día, me acostumbré, sí, pero sigue doliendo. Me queda una noche paga y medio Euro en el bolsillo. A la noche en la terraza del apartamento hay un evento, si no muero antes de desconsuelo voy a subir a pispear. A ver si aparece algún nuevo personajo que me salve el relato del naufragio. (sIGUE)

Continuará...



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