Y al fin y al cabo el destino de toda cosa en el universo, tal vez incluso del universo mismo, sea convertirse en literatura, decía Levrero, así que acepté quedarme a cenar, a pesar de mis terrores, diurnos y nocturnos. ¿Qué pensaba usted? ¿Que iba a pecar de comedida? ¿A estas altas alturas hacerme la recatada? Pues no, he caído en la loca tentación (y no me libre del mal...).
Tras un breve debate sobre si salir o no se decidió pedir pizza de rúcula con jamón crudo, y ya casi que estamos como chanchos, esto significa que estoy a punto de quedarme en corpiño porque el calor que hace en Sevilla es monumental y la confianza que me hacen sentir estos dos seres es indescriptible, como si los conociera de toda la vida. Lo que me asombra es la enorme amabilidad de la señorita Quintero, si fuera yo ya me habría ahogado en el Guadalquivir, como aconsejaba Blasco Ibáñez. Es sabido que Jesús tiene fama de picaflor, ella lo debe conocer bien, supongo, pero se viene portando conmigo de lo más divino, por ahora. Ella. Y él también.
Seguimos en su comedor. Estamos sentados los tres a la mesa ratona. La rubia cada tanto va y viene, trae algo para picar mientras esperamos la pizza y conversamos de banales cuestiones que para él son nimiedades pero para mi... Cualquier cosa que conversemos es un asombro, por el sólo hecho de estar acá, sentada frente a él, por los motivos que me trajeron, la manera en que todo se dio... Me observa. Ella. Lo escucha. Él pregunta que cómo he encontrado Sevilla. Me pone nerviosa. La mirada de su mujer encima mío me pone nerviosa. Húmeda, me sale responder. ¿Húmeda? Exclama él, y se me queda mirando, algo asombrado. ¿Pero Buenos Aires también é húmedo, o no? Si si, claro.... Ella mira cómo él me mira a mi... Dios mío... Y a mi nunca me gustaron las mujeres, bueno, casi nunca, pero esta muchacha con aire de gitana... No sé si es esto andalú tan atractivo, sus ojos marrón claro o su amabilidad. En fin...
Sucede que en Argentina se conmemoran hoy los 40 años del golpe militar, es la santa semana de los derechos humanos, les cuento mientra trato de pinchar con el palillo una aceituna negra, como para dinamizar la conversación y que los ojo de ella vayan pa otro lao. El loco escucha atento mientras bebe agua de su vaso. La plaza se llenará de gente manipulada, porque es para lo que usan hoy esta bandera los nefastos del poder, ¿no? 30000 desaparecidos fue un hecho atroz, claro que sí, pero el estafador arengando desde el colectivo al rebaño útil... Y ya que lo tengo delante, cosa que en la puta vida hubiera imaginado:
¿Por qué a los poderosos no les alcanza nunca, Jesús? ¿Por qué enfermamos de poder? Me mira largo, deja sus lentes sobre la mesa ratona, y sin pensarlo: ignorancia, niña (adoro cuando me dice "niña" y ya es la segunda vez que lo hace). Ignorancia. Eso es... Son despreciables porque ignoran... La macana es que si son ignorantes uno no se puede dar el lujo de odiarlos, de echarles la culpa, ¿O si?, pregunto y se queda en silencio, como suele. Si no calculo mal hace ya cuatro horas que charlamos. Una parte mía conversa con este cuerdo como con un amigo de toda la vida pero la otra de pronto da el respingo y me recuerda que es Jesús Quintero, el loco de la colina al que busco hace año y medio, que ha recorrido cárceles, entrevistó a medio mundo, que estoy en su casa como pancha por la mía y--
¿Quiereh, quedarte aquí? (¿Eh?) En el piso de abajo hay lugá... (Me caigo de culo y me levanto, que yo vine en busca de acción para mi relato pero ¡esto ya se pasa de castaño oscuro!). ¿Alojarme acá? (No debo haber entendido bien, no traje mi cepillo de dientes, no est--) Puéh... Si dice que tu hostal no éh cómodo, agrega él muy hospitalario, y a mí esto me toma por sorpresa, vieja, la puta mare. ¿Tenía que ser tan tan tan tan este tipo? Yo no me vuelvo más. ¡QUE ME QUEDO A VIVIR ACÁ! Lo miro. La miro. Silencio (de ratone colorao). Ella ha dejado de masticar súbitamente y lo está mirando con cara de TE MATO. Jesús gesto de perro mojado, no verde, sonríe mostrando sus inocentes dientecitos. Climax en la colina. Yo no digo palabra, bebo cerveza y si fumara me encendería uno. Pero no, lamentablemente no fumo. (Sigue en el 72, pica acá y va)
Continuará…
Sucede que en Argentina se conmemoran hoy los 40 años del golpe militar, es la santa semana de los derechos humanos, les cuento mientra trato de pinchar con el palillo una aceituna negra, como para dinamizar la conversación y que los ojo de ella vayan pa otro lao. El loco escucha atento mientras bebe agua de su vaso. La plaza se llenará de gente manipulada, porque es para lo que usan hoy esta bandera los nefastos del poder, ¿no? 30000 desaparecidos fue un hecho atroz, claro que sí, pero el estafador arengando desde el colectivo al rebaño útil... Y ya que lo tengo delante, cosa que en la puta vida hubiera imaginado:

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¡Socorro! |
Continuará…
Dile que vuelva a la radio, o a la tele, o al Twitter aunque sea :(
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