domingo, 13 de agosto de 2017

Capítulo 123 "Algo, sexo y orgía en La Carboneria"

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¡Eaea el capítulo 107! Listo, habiendo realizado el festejo pertinente ¿qué tiene? ¿No puedo festejar el capítulo 107? ¿Tiene que ser número par? ¿Una centuria? ¿Un milenial? Festejo lo que se me da la gana que para eso escribo yo acá y aclárole (entre paréntesis) que no festejé en el 100 porque entonces el horno no estaba para jaranas, además, pensándolo bien, no se debe ostentar mucho de los logros obtenidos y menos de los capítulos porque vio que si a una le va bien ya no cae tan bien (a menos que guste usted de perder el tiempo haciendo buenas migas). ¡La gente quiere a los desvalidos! ¡La gente quiere al que no le va bien! Me lo dijo Antonio Gala y acá opinaría algo sobre las cofradías que se megustean entre sí para afirmarse mutuamente las falacias en las que creen pero si ya estamos en Guatemala con esto terminaríamos en Guatepeor así que vamos directo al grano ¿Y cuál es el grano? Que Jesús aun pone en duda si es la televisión la que asna a la gente o es la asna gente la que demanda asna televisión. En una acalorada charla él afirmaba lo primero pero yo le aseguro que lo correcto es lo último porque si llamo a un capítulo “Sexo algo” u “Orgía algo” el capítulo recibe miles de visitas pero si se llama “Algo sin sexo” o “Algo sin orgía” recibe con suerte unas cientas… ¿Me comprende? (No) El hombre es un animal grotesco y ahí lo vemos en las marchas peleándose con el animal que es ¿Que no todos son así? ¡Tiene razón! Algunos son peores porque--

Shhhhhh, niña, calla un poco ¡Que me deje meté un bocao a mí! ¡EL BLOG SE LLAMA JESÚS QUINTERO ALGO, NO MARINA ALGO, JOÉ! (Silencio de la colina...) Tiene razón. Me callo. Seguimos en La Carbonería y ya perdí la cuenta de cuanto hace que estamos acá metidos. La oscuridad es casi total. Yo sigo agazapada en mi rincón y debatiéndome entre lo que me manda el corazón y lo que me castiga la conciencia. Es un tipo con mujer, es un tipo con mujer, su mujer es buena, es copada, te hace siempre la segunda... El ruido de la lluvia todavía golpea sobre el techo del patio grande lleno de plantas. El loco observa cómo salen en un pequeño monitor Canales y el Farruco, ahora sentados a la mesa. Todos charlan en voz muy alta, casi a los gritos, hacen chistes, cuentan anécdotas, me quedaría a vivir acá con ellos. Con él... ¿No te das mucho con lo españole?, pregunta, estudiando mi actitud arrinconada. ¿Ere tímida? ¿Tímida? No, no soy tímida, soy... retraída... Retraída, repite y continúa: Pue déjame ver el material que ha traído y ya te digo... La obra que ha ecrito é de Huracán, eso está bien pero lo otro… lo otro no e tan así…



Acaba magistralmente de virar el tema de las llaves, de la casa y del adulterio hacia otro lado. ¿Lo otro?, pregunto. Alguien se acerca y le comenta algo. Jesús se para y lo sigue. Y a mi me da un vuelco el corazón porque “lo otro” seguramente es este blog, ¿qué otra cosa puede ser? Le imprimí hasta el capítulo 49 y ahí se me acabó la tinta… Seguimos sin saber si ella tiene las llaves de la casa y al parecer Quintero leyó En busca de Jesús Quintero y no está de acuerdo con algunas cosas. Y a mi me rechifla porque vamos a tener que debatir al respecto, capítulo por capítulo, tomar cerveza para seguir debatiendo y entre debate y cerveza quien sabe… me desasna. (Sigue)

Continuará…

5 comentarios:

  1. Casi como el país -mi niña-, en eso de regresar de la muerte; o en tren más romántico: "Casi como un himeneo a su foro -mi niña- tras meses de mutismo epistolar..." O quizás conformarme con que -aunque unos puestos más abajo-, la foto sigue allí.

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  2. Oh! A abrir una vieja herida regresa usted, que le busqué por la internet entera a ver si alguien sabía algo. Pero nada. Incluso mande un mensaje a un comentario de acá hecho por usted. Pero nada. Descubrí que le opina también a otras, eso sí. La foto sigue ahí. Y yo acá. Lo extrañé.

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  3. Por no tener ni pa' coimear a Caronte, mi niña, hube de chapotear en el Aqueronte hasta ésta orilla... y juraría que vide al espectro de la vagina dentata deambular por el palacio de una fulana -con espada y todo- que la espiaba por debajo de la venda. O sería la anestesia, nomá...

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  4. ...en cuanto a la promiscuidad de mi epistoleo, mi niña, lo que queda de éste Ulises no tiene ni Penélope que le teja abrigo, ni abriga la esperanza de atracar en alguna bahia en el mar de su pelopincho... (¿oye?... ¿oye a Cleptopatra cantando 'Yo soy la morsa?)

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  5. Bueno, igual la pelopincho se ha pinchado, mi gata supo beber de ese agua y con sus uñitas hizo macana. Lo mejor pasa en lo que imaginamos, Primo.

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