Morir por lo que una ama es más simple, más estoico que vivir soportando el rechazo de la amada. Pero mi amiga no me dejó. Morir. También me deshidraté. No fue sólo el dormicum. Mi amiga valenciana no me dejó morir y me sacó el ipad, me sacó también del hostal en el que estuve encerrada tres días sin salir y no quiere que escriba más, me llevaron a comer con mi amigo de Tenerife para que recupere fuerzas y la cordura. Él estaba contrariado porque se vino desde allá a pasar su cumpleaños con nosotras y yo con todo este lío (del cual sabe menos de la mitad). Su problema es que el protagonismo no era de él sino del protagonista de este blog y de su señora mujer, y cuando mi amigo no es el protagonista me parece que se aburre. Él trabajó en Star Wars así que si pongo una foto con él en facebook usted va a intentar leer algunos capítulos de esto que escribo, con el desinterés y la apatía que le caracterizan, lo hará porque él es famoso y grandilocuente y estuvo con Obi-Wan y cree que si yo tengo una foto con el grandilocuente eso significa que escribo bien y soy feliz. Harto sabido, decía Berkeley. Pero no serán más de uno o dos capítulos los que leerá, pronto lo abandonará como abandona todo lo que hace salvo su detestable trabajo y opinar con mayúsculas por la red social sobre lo que desconoce.
Y acaba de llamarlo, mi amiga acaba de llamar al loco andaluz porque dice que tengo que ir y hablarle y aclarar las cosas, que todo lo que me atormenta es producto de mi imaginación, pero no la atendió. ¡Pero yo quiero habarle a Ella no a Él, Murillo! Primero intentó virarme la atención, que vayamos por Willy Toledo que dice que ahora está en España y tiene su teléfono y entonces hacemos mi obra con él pero a mi en este momento Toledo no me mueve ni medio pelo. Luego me dijo que vayamos a ver a Pérez Reverte que leyó que va a estar presentando no sé qué a pocas cuadras de acá en Cajasol etc. Nada. Nada me movió el pelo. Nada me encendió el entusiasmo. Entonces no le quedó otra que llamarlo pero no la atendió. Mi amiga quiere cerrarme la cuenta de twitter porque parece que estuve escribiendo locuras a gente importante bajo los efectos del dormicum. Ni me fijé ni me importa nada, nada salvo estas ganas de nada menos de tí… (Sigue)
Continuará...
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