¡Mi
amiga no me devuelve el ipad! Hoy discutimos jodido, le dijo a Toledo
que estoy loca, sé porque le espié el celular, le dijo que enloquecí , que hagmaos mi obra Altamirano con
él por favor por favor que me llame y me convenza que así me dejo
de joder con la Gitana y con Quintero y con el blog que dice que me
hace mal. ¡TERMINARÁS EN EL TALEGO, FÍLOC! Así me dijo hoy porque
ella me acentúa la i del apellido. Y yo sé que la verdad es que
está celosa. ¡CELOSA DE QUE ENCONTRÉ MUSA Y ESCRIBO DESDE HACE TRES
MESES IN PARAR TODA INSPIRADA! Igual nada de esto le digo a ella y para
cuando lo publique y lo lea ya será demasiado tarde. Ahora ella duerme la siesta, lo sé, y yo escribo
desde celular, móvil le dicen los gallegos, y no quiero ni acordarme
de cuando caminábamos por Sierpes con la Gitana, todavía no éramos
conocidas con derecho a etc, era recién la segunda vez que la veía,
dos años atrás, y yo le dije celular no sé qué cosa y ella
respondió ¿qué é celulá? (La amo badly, necesito estar con ella
ahora, luego volvemos al encuentro con el Loco):
Era el 5 de enero. Yo dormía en la enorme cama de Punta Umbría que me había tocado en suerte, con vistas a la playa. Todavía quedaban unos cuantos periodistas cantarines y borrachos en la colina de El Portil, esperaban el regalo de reyes. La extrañaba una eternidad. Después de rescatarme el 31 de mi fuga despechada se había ido a Jeréz a pasar la Nochevieja con su mare y no había vuelto. Y por culpa de su ausencia todo lo otro. Lo otro. Me había preguntado una vez por whatsapp cómo estaba y después nunca más nada. ¿Qué esperaba que hiciera yo? Con él sí hablaba seguido, ella, más que nada por cosas de trabajo, y entonces yo me alejaba para no escuchar lo que se decían porque me ponía mal y a ver si todavía me tentaba y lo escribía acá. Tanto no. NO. ¿O sí?La noche de la borrasca en Sevilla |
Continuará….
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