miércoles, 23 de mayo de 2018

Capítulo 286 "Segundas intenciones"

CAPITULO ANteRIOR

Begoña casa
Dormíamos las dos. La casa de Begoña es estrecha, finita, debe tener dos metros de ancho si no menos, toda de madera, pero son tres pisos, no entra mucho la luz, por las ventanas chiquitas. En Tailandia está mal visto hacer preguntas porque quizá el preguntado no sabe qué contestar, acota Dragún desde el piano, se lo dice al loco de la colina que es un pesao y quiere saberlo todo. Dragún sigue fresco como una lechuga, como si hubiera dormido toda la noche, como si no hubiera tomado nada, no deja de mirar el teclado, es lo que hacen los que no tocan muy seguido. Dormíamos las dos a pata tendida, era la mañana, Begoña es de las mías, se despierta después de las once. No digo que es como la Rubia Innombrable porque ya está empezando a desdibujarse, el amor es así, no resiste la erosión del tiempo, a menos que una se lo proponga.

Sigo mirando el techo, blanco blanco, el estómago se aquietó, y por suerte ese Risita también. Se quedó planchado en un santiamén, con la cabeza sobre mis piernas, su cabeza pesa cientos de kilos, cientos. El Otro sigue fumando, mira la nada y fuma, como si tuviera quince. ¿Qué es lo que toma esta gente que no se muere nunca? Y de pronto tocaron el timbre, pegamos un salto, quién carajo podía ser a las siete de la mañana. Begoña no le dio pelota pero insistieron e insistieron… La pelu es a la vuelta, también es chiquita, una cagada con espejo grande, pero nos las arreglamos para que yo pueda dar mis masajes, lo hago a la hora de la siesta, casi ya junté para cambiar mi pasaje de vuelta, casi, doy Shiatsu cuando Bego no trabaja. Bego hermosa, buena gente, está realmente chiflada, no como nosotros, ella estuvo internada en una clínica psiquiátrica, señores, ella se ha doctorado en chifladura, por eso hago caso a sus consejos, los consejos de los locos denserio no tienen segundas intenciones. (Sigue)

Continuará...


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