viernes, 29 de junio de 2018

Capítulo 311 "Querer es deber"

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Y lo que hasta ahora no estaría comprendiendo es por qué aunque una sepa que ir hacia allí es inconveniente va igual, es más, cuanto más inconveniente sea más siente una que quiere ir. O que debe. Me cuesta muchísimo distinguir la frontera entre lo que quiero y lo que debo, porque cuando creo que quiero algo siento de debo conseguirlo, que debo ir por ello, ¿entonces cómo es? ¿El querer se me convierte en deber? Debería ser al revés, esa es la fórmula Draguniana de la felicidad, aunque no la de Kant, ¿no? En fin, no me mires con esa cara. ¿Vos nunca hiciste algo creyendo que querías y después, en el fondo, te diste cuenta de que lo hiciste sin querer? Algún programa, suponete, que vos pensabas que querías mucho hacerlo, y después, al estar ahí habitándolo, te diste cuenta de que en realidad te obligaste, para no perder pantalla, para no perder público, para no quedar en el olvido. El olvido es un país dignificante muchas veces. ¿O no?

Ella aniquila cualquier voluntad.
En este caso yo creí que estaba haciendo lo que debía, ¿me entendés? Porque acá en la península es diferente, parece que me dejo llevar, así que me dejé llevar y le pedí a ella que me tirara en el Volvo hasta Madrid, no quería volverte a ver, y creo que vos tampoco querías volverme a ver, ni en figurita, eso era lo que creía, siempre creo lo peor, siempre, y a Ella menos que menos, obvio. ¿Se armó desbole después de mi mensaje erroneo? ¿Te dijo algo del asunto de la Nochevieja con Rocío? ¿Quién es esa Sonia que salió con vos en El mundo? No, si me mirás así te tendría que decir que tu mirada recio/seductora me puede mucho pero estamos rodeados de los peores bichos chimenteros, de periodistas, y me pa que se me está pasando el efecto de la pildorita, así que no te voy a decir nada, pero no me mires más así, en serio, que no doy más. No sé qué carajo me pasó mientras mirábamos el partido con ella el otro día pero ahora ya no lo puedo manejar yo a esto, porque con dos me carcomían la culpa y el desconcierto, imaginte con tres… Rocío fue la ruina que rebalsó el vaso. No me da el cuerpo, en serio que no me da, voy a cumplir cuarenta y tres, ¿vos quién te pensás que soy yo? ¿Gatúbela? ¿Sí? ¿Decís que tengo temperatura? ¿O son nervios? ¿Quizá cansancio? Porque la verdad es que me caigo de sueño. Pero adiviná, adiviná con quién carajos voy a ver en un rato el partido. ¿Vos lo podés creer? ¿Lo hubieras o hubieses pensado a esto hace un par de días, boludo? ¡Por favor te pido! ¡Un poco de coherencia, Loco! ¡Un poco nomás! (Sigue)

Continuará...



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