martes, 25 de septiembre de 2018

Capítulo 373 "De nada sirve"

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Estoy acabada. Otra vez sin plata, caucásica de ánimo, me arrastro por el piso, debo estar anémica o algo porque me arrastro, literalmente, me obligo a comer, me obligo a salir de mi cucha de alquiler. Alhaurin el Grande es un pueblito precioso y chiquitito, de gente tranquila, limpio y con personalidad. Bah, es parecido a todos los demás pueblitos que vengo conociendo pero intento sacarme del pozo que si no me saco yo no me saca nadie. Así que es precioso y con personalidad y no estuve mejor en otro lado que acá. Cuando vinimos con Begoña fuimos directo a La Baltasara aquella vez y luego nos llevaron de vuelta hasta la estación de Málaga en auto así que no había podido caminar la ruta hacia lo de Antonio. Casi que no pude llegar a la finca porque ni me acordaba cómo, pero mi ángel de la guarda me indicó el camino, como suele. Y es extraordinario que haya conocido yo a la alumna preferida de Gala en un hostal de Sevilla el día que la Gitana me echó de la colina, ¿no? Eso solo pasa viviendroescribiendo por los pagos andaluces, señora. Y sin ese giro Begoñano el muso nunca me hubiera recibido en su casa, nunca jamás.

Alquilé un departamentito en Apartamentos Sardina, es barato comparado con Sevilla, enorme para mi sola, eso amplía mi tristeza hasta el infinito. Tengo televisión, lavarropas, balcón, secador de pelo, pieza con cama grande y baño PRIVADO con bañadera, internet que anda bien, heladera, microondas, entrada privada, aire acondicionado, plancha, mesa enorme en el comedor… Casi todo, como el primero de año en El Portil, la playa entera para mi pero sin Ella, sin mi Gitana, miarma... Tuve para pagar cuatro noches y (tengo) la esperanza de conseguir algún paciente por acá pero por ahora nada de nada. Por suerte el dueño a sabiendas de que soy una especie de conocida de Antonio me hizo precio. El pueblo entero aprecia al Muso de una manera que no había visto nunca, ni por el Loco, una devoción le tienen, como si fuera un santo. Así que por el lado de las necesidades básicas estoy cubierta, al menos estos días, pero las otras necesidades, las que superan en importancia a las básicas, porque para qué quiero comer si no puedo escribir, para qué quiero mesa en el comedor si no me sale una letra, para qué quiero esa cama si Ella sanseacabó... Esas necesidades, las de vida o muerte, están hechas una porquería.


El Muso de Brazatortas no funciona de la misma manera, es diferente al Otro, a la Otra, al onubense y a la jerezana, y claro, es obvio, caía de maduro que son bien distintos, por no decir que son el agua y el vino tinto estos dos tipos, por eso en las entrevistas se sacan chispas con lo ojo, por eso destilan de todo esos encuentros de las trece noches. Una estúpida bárbara, una ingenua de pacotilla fui al pensar que me venía para Málaga y destrababa el entuerto; que estando cerca del otro Muso me iba a poder deshacer de la necesidad de los chiflados del moño y así la pluma iba a empezar a fluir, como en la colina, como en Jerez este último tiempo. No. La mochila del karma se viene con uno, siempre me olvido hasta que me llego al culo del mundo, entonces me acuerdo, o me lo confirmo una vez más, tras el fallido nuevo intento: de nada sirve escaparse de uno mismo. (Sigue)

Continuará...



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