¡LO HICE! Si señora. Me animé a mandar finalmente el puto mensaje de texto a Jesús Quintero porque el efecto Mascherano no envalentonó sólo al chiquito Romero en los penales contra Holanda. Sí, ya sé que el tema quedó viejo pero es que no pude terminar el capítulo antes porque estuve trabajando. Yo no vivo de esto, si viviera de esto no estaría escribiendo lo que se me da la gana sino lo que se le da la gana a mi empleador. ¿Comprende? (No). Así que, volviendo al tema, Mascherano también me ha salpicado de valor a mi por lo que después de un mes de noches insomnes con el número de teléfono del loco en frente mío, luego de trabajar arduamente las fobias, el miedo a lograr la meta, meta video del Chopracenter agarré el teléfono celular sin titubeos y armada de valor marqué su número. ¿Y luego? El SEND del tú puedes, el SEND del libre albedrío, el SEND de hasta la victoria siempre.
Sí, posiblemente si yo contara con alguno de estos condimentos ya hubiera dado con Jesús porque a él le habrán enseñado lo mismo que a todos. ¿Para qué diario escribe? ¿De qué canal es ella?, preguntará él. ¿Cómo? ¿Que a dónde quiero llegar con todo esto? ¡Pues no sé bien aún, ya se armará algo, señorita lógica! No sé si el tema de esta crónica son los valores, la victoria o la soledad de vieja, todavía, pero... ¿Ve? ¡Aquí la agarré! ¡También usted es una exitista! Quiere el resultado, quiere usted una crónica exitosa, que le diga cosas interesantes si no, siente que es tiempo perdido y puede ser, eh, nunca entendí qué significa no perder el tiempo. ¿Será acaso trabajar como momia diariamente para pagar los impuestos? Perdón que le diga momia, la verdad es que nunca he querido mucho a nadie (no se ofenda, es un problema suyo, no mío) por lo que tampoco me han querido mucho a mi. Yo no megusteo en facebook entonces no me megustean y así es la cosa: nadie te quiere si no te necesita y todo lo que hacemos es para ser aceptados por los demás.
Y vamos con el epílogo que es más bien una perogrullada para cerrar: nos enseñan de chiquitos que el gol es lo que importa, que nuestra dicha depende del resultado y no sé usted pero yo siempre disfruté mas de la gambeta. ¡Claro que he jugado al fútbol, mija, no hablo de oídas! (Siguen en el capítulo 13, pica acá y va)
Continuará...
Continuará...
Lo último que me faltaba... envidiar a Yemanjá! (glu, glu, glu...)
ResponderBorrar¿Por qué la envidia, primo?
BorrarPues, mi niña... porque la diosa está en todas las aguas. (Primo, es mi nombre de pila. No condimente con culpa, mis fantasias... que así saben bien.)
BorrarSin embargo, mi niña, parece que existe el grado parental de primo abuelo. Ay!, deberé entregarme a los fantasmas, en la intangibilidad del ciberespacio, lejos de las leyes de los Hombres... sin soltarme de las del buen gusto. Mis respetos...
BorrarPues mis abuelos vienen de Valencia, Gandia ¿Seremos parientes, che?
BorrarPor lo que decian, mi niña, lo mio fue un fixture de futbol: Portugal - España... y el ganador final con Italia. Che...
BorrarAy, penales mal cobrados y perro andaluce sin domesticá, me inspiró una crónica, mi niño.
BorrarCrónica, dijo, mi niña? Que coincidencia... como la mayoria de las pocas cosas que me quedan. Pa' servirla!
Borrar¿ Y por qué debe haber una razón para todo ?
ResponderBorrarNo sé si para todo debe haber una razón, pero para dar con Quintero parece que necesito una y muy buena...
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