miércoles, 18 de mayo de 2016

Capítulo 91 "Delírium in le colínum"

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Abro los ojos: oscuridad total. Detengo la respiración un momento, aguzo el oído, nada. ¿A dónde estoy? Escucho una voz a lo lejos. ¿Andalucía? Sí, Marina, estás en Andalucía. Pero ¿Qué día es? ¿Qué hora? Tanteo a ciegas estirando el brazo en busca de alguna perilla de luz, toco algo, parece ropa. ¿Mi ropa? Estiro un poco más el brazo, algo como una cajita de plástico cae al piso y hace ruido. Entro en pánico. Me quedo quieta. Estoy vestida y metida dentro de la cama. Un ventilador hace ruido trac trac trac, es casi hipnótico. Hace calor, quiero destaparme pero tengo miedo, como si la sábana fuera a protegerme o algo así. Intento recordar: La charla con ellos, el comedor, el enorme espejo del baño… Cuando vuelvo te dedico el día, me dijo el loco por lo bajo, ya casi nos despedíamos. Ella a un metro de distancia, escuchaba, me anotó su teléfono en un papelito amablemente porque el mío aún no estaba habilitado. ¡Ni mensahe puedeh recibí? Había preguntado él y que no, Jesú, que movistar me tiene dando vueltas desde que llegué, solo tengo whatsapp y unicamente cuando engancho wifi… Por eso pude hablar con mi mamá hace un rato.

Intento incorporarme en la cama, la cabeza me da vueltas, demasiadas cervezas, dijo al ver mi cabeza al lado de la suya en la almohada y la besé otra vez, pero ya no era ayer sino mañana... Vuelvo a tantear la ropa a mi derecha, está dentro de una valija, ¡mi valija!, apoyada sobre algo así como un sillón. ¿Entonces me quedé? ¿Me quedé a dormir en la colina? ¡Yo tengo watsapp!, había exclamado ella de lo más entusiasmada. ¡Jesús no pero me comunicas a mí y yo le comunico a él! Y yo hubiera hecho lo mismo, ponerme en medio, si quería hablarle primero iba a tener que hablarle a ella. En ese momento él caminaba errático, vista al piso, y así es la cosa, cuando uno está en pareja, esposado, se gana pero a la vez se complica y no me pregunte cuál es la solución porque no la tengo.


Me levanto cuidadosamente, mis ojos ya algo acostumbrados a la oscuridad vislumbran un hilo de luz desde lo que intuyo es la hendija de la puerta. Ya es de día ¿O será luz artificial? Camino con cuidado unos pasos, toco a mi izquierda una mesita puesta contra la pared, me llevo por delante una banqueta, la puta madre. Sobre la mesa hay dos toallas húmedas, un paquete de donas y el mate, ¡mi mate! ¿Pero... cuándo hice la mudanza? ¿Cómo es que no recuerdo? Una puntada en la cabeza casi me deja tuerta… sigo tanteando, la crema Nivea, el shampoo 2en1 de Heald & Shoulder comprado ayer en el El corte Inglés… ¿Y me voy yo a quedar acá hasta cuand-- Entonces el corazón me da un vuelco, recuerdo que ellos se iban a Marbella por unos días. ¿O ya se fueron? ¿Me quedé sola en la colina? ¿Qué hora es?? (Sigue en el 76, pique acá si se le da la gana)

Continuará...


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