viernes, 24 de noviembre de 2017

Caítulo 154 "Chic to chic"

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Sitka Church
¿Hasta dónde es capaz de llegar una con tal de seguir escribiendo? Miles de imágenes vienen a mi cabeza pero las abanico para que se vayan como supe hacer con el humo de la marihuana en el 142. ¡Tampoco quiero terminar en la cárcel por un blog de porquería! Aunque una temporada en prisión vendría de pelos. Escohotado encerrado por tráfico escribió su Historia general de las drogas, dicen que Cervantes su Quijote, Dostoievski, Russel, Wilde, Hitler y lo de este último es curioso porque va preso por intento de golpe de estado ignorando que tiempo después llegaría al poder mediante el voto popular, no tenía claro aún el hombre que los humanos somos fascistas por acto reflejo; en el hecho, no en el dicho.

Y me voy por las ramas, sí. Porque ella está sentada todavía a mi lado, me sigue mirando con la misma intensidad, espera que vuelva mi cabeza hacia ella pero no lo hago, sostengo la vista fija en La noche estrellada y es que creo que intuyo para dónde está virando la cosa y yo nunca estuve con una mujer, ¡esto es completamente nuevo para mí! Quiero escapar pero no lo hago. El tiempo que viví en Alaska hubo algo, sí, una chica de Anchorage llegó a gustarme, me invitó a bañarnos desnudas en el Sitka Sound, bailábamos salsa, jugábamos al ping pong. Era el único humano que hablaba español en un millón de kilómetros a la redonda, había estado en el Paraguay, hacía circo en la calle y era muy guapa; Meghan. La cosa no pasó a mayores porque allá hace diez años era habitual mina con mina pero yo venía del troglodita mundo del sur, además estaba con mi novio que después fue mi marido y pequé... pequé de fiel, de culposa y de heterosexual, lo más aburrido del universo, me parece…

En el John O'Connell Bridge 
Con el corazón saliéndoseme del pecho me animo a mirarla. Sigue ahí observándome con sus ojos profundos y serenos. Un fino mechón de pelo se le ha pegado en la mejilla, cerca de la boca. Con la mano temblando se lo corro. Me da la sensación de que esto en nuevo para ella también. ¿Ese cuadro... lo pintaste vos?, me sale preguntarle. Siento como se le agita la respiración. Asiente casi imperceptiblemente con la cabeza. (Sigue)

Continuará...

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