jueves, 8 de marzo de 2018

Capítulo 233 "Mierda"

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Finalmente, después de bajar un poco el tono, de decirse unas últimas frases más afables que ni me molesté en escuchar porque me importaban un bledo, demasiado afables para mi disgusto, digamos que al final ya se querían de nuevo y Ella me parece que hasta sonrió un poco, finalmente dio por terminada la comunicación. El frío que hacía era ya insoportable, como el dolor que sentía en mi alma, en mi orgullo, en mi sexo y en mi género. La espié por debajo de la tienda de campaña porque no venía y ya me estaba costando sostener la cara de culo. ¿Por qué no me puedo enojar más de unos minutos con Ella si es un pérfida? ¡Una jodida! Y estaba jodidamente hermosa... Y hubiera sido bellísimo que ahí se quedara, con el móvil en la mano mirando el mar, pensando quién sabe qué, con sus ojos verdes perdidos en el horizonte mientras el pelo rubio y enredado se le arremolinaba con el viento etc. pero no, para cuento de hadas pague Filmin y mírese alguna porquería de ahí, señora, y ojo, no se le vaya a ocurrir hacer la cuenta de cuánta plata hay quemada en producción porque llegará a la conclusión de que sin cine no habría hambre en el Universo, con la que se desperdicia en películas malas para que usted se distraiga, linda burguesa al pedo, le damos de comer a la Tierra, a Saturno y a Marte.

Más que bella...
Volvió a mi muerta de frío. Apenas vi que venía me recosté de espaldas y me hice la que dormitaba, me aguanté las ganas locas que tenía de abrazarla, de besarla, de matarla... Me hice la que me importó un pito que me dejara a medias por atenderlo a Él; estaba tiritando. Yo. Y quería gritar, gritarle que se fuera al carajo, que para qué me preocupaba si Ella al final parecía que estaba bien con el Fulano este, parecía que le gustaba sufrir. Se lo iba a decir. Aquello. Me iba a dar vuelta apenas quisiera reconciliarse, apenas me pusiera una mano encima le iba a contar todo lo que todavía no me había animado porque por ahora no convenía, pensaba, pero tenía tanta bronca, TANTA HIEL...

Y ahora se fue. SE FUE. Después de no sé cuántos días sin respiro estoy sola, sola en su habitación gitana, seguimos en Guadalcacín, pude llegar aunque mi teléfono estaba sin batería y no sabía en dónde era su casa, preguntando se llega a Roma y también a Guadalcacín, el pueblito que la vio nacer. Conocí a su madre, a sus perros, conocí su pieza, vi fotos de Ella de chiquita... Si antes estaba metida ahora ni le comento. Y ahora se fue a dar cursos de español a mujeres inmigrantes porque hoy es el día internacional de las mujeres y en algo que se llama Sepaim o parecido hacen cosas por los demás, y a Ella le importan los demás, todos los demás salvo yo, claro. Y el dilema nuevo es q (sIGUE)

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