domingo, 15 de abril de 2018

Capítulo 257 "Y vente conmigo a buscarla"

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Seguíamos en el archivo, las dos sentadas mirando la entrevista del año ñaupa. Faltaban diez minutos para que llegara mi paciente de Shiatsu, una amiga de Rocío, y quizá sea Rocío la causa de que no me habla, o lo de Ubrique o lo de Luis Cárdenas y Antonio pero no voy a hacer más conjeturas, hace una semana pierdo el tiempo imaginando razones de por qué se pudo haber enculado, conjeturo y conjeturo en lugar de plantarme adelante y preguntarle qué carajo le pasa. Ese es el problema del mundo, usted se enoja con el otro sin saber qué le pasa, por qué dice esas barrabasadas, entiéndase por barrabasada lo que no encaja con su manera de razonar las cosas, rápidamente interpreta que el otro es un pelotudo y lo condena, lo odia, lo etc... El día que pueda sentarse con su enemigo a comprenderlo, ese será el día de la paz, se dará el día después de mañana, eternamente.

El Loco dijo eso de la televisión y nos reímos las dos, la periodista hablaba bien porteño, la entrevista era en la terraza de la colina, en dónde nos habíamos dado el primer beso con la Gitana cuando la borrasca Ana. Le miré el perfil bien andalú, sus ojos embelesados, la miraba mirando al tipo que tanto admira, que tanto ama, que cuida con tanta devoción. Me empezaron a dar los celos y así era la cosa, a veces me sentaban bien, me inspiraban y a veces no me los aguantaba. Me levanté y empecé a preparar el espacio para la sesión, mientras seguía escuchando al loco del 91. Las sesiones las doy con unos pantalones anchos, se atan a la cintura con una cinta por atrás y te queda el tiro bien bajo, que se te ve el ombligo y más abajo también. De la nada me preguntó cómo era allá, mi país, la Argentina, Ella nunca salió de Europa. Nunca habíamos hablado de eso. Me preguntó qué hacía, con quién vivía, ella pensaba que vivía de dar masajes y del teatro, JA. De golpe nos dimos cuenta de que sabía poco y nada de mi, y yo me di cuenta de que sabía demasiado sobre Ella, salvo la causa de su puto enojo, creo que lo sabía todo, sabía todo y la seguía queriendo, eso sí que es calamitoso.


Puso en pausa la entrevista y con eso me sorprendió, era la segunda vez que lo ponía a Él en stand by para darme bola a mi, eso hacía que me guste muxo muxo la Gitana, que se diera cuenta de que me había herido y tratara de recuperarme. Me hacía ilusionar con que por ahí me quería también a mi. Dejé de acomodar el lugar, me senté a su lado de nuevo, sobre la caja de cartón llena de cosas, pero pude contarle solamente que vivía con mi perro, Cirilo, y con mi gata Mecha porque ahí nomás me dio un beso, primero puso la entrevista de nuevo en play y después me besó. Nos besamos con Él de fondo, con Él hablando de Argentina, de Europa y de la verdad. Mi verdad... No, la verdad. Y vente conmigo a buscarla. (Sigue)

Continuará...


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