lunes, 18 de junio de 2018

Capítulo 303 "La gran cagada gran"

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Había cometido el peor de los crímenes, por eso me llegué hasta Jerez, para pedirle perdón, me costó un Perú decidirme porque ¿qué le iba a decir? ¡Me había mandado la gran cagada gran! No sólo casi me como a su señor marido sino que la enteré por mensaje con lujo de detalles… ¡Por error, Ana, le chingué al chat, que tan pelotuda no soy! O si… ¡Ella en Jeré con su mare enferma y yo acá de joda con Él y la Morocha Osada! Pero viste que nada es gratis, así funciona la culpa, uno mismo se la termina haciendo pagar si lo que hace lo hace con culpa, fallidos, que le dicen, o autocastigarse, que le dicen también. ¿Hay papel higiénico, che? ¿Está limpio o es una inmundicia? Ana, ¿estás ahí? Ah, que se me está ampollando la cara, creo que de hoy no paso. Ella escuchó el whatsapp fallido varios días después de que al fin le entró, no sé por que tardó tanto. O sí. Ahora lo sé bien, qué tarada, recién me doy cuenta. Yo me había ido de la colina sin decirles nada, desaparecí, en realidad Ella me pidió que me fuera pero yo no le hacía caso. Después me fui al final, qué iba a hacer, días sin dirigirme la palabra, Gitana loca, todavía no sé qué bicho fue el que le picó y trato de no imaginar porque me hace mal, no soporté más y me fui. Ninguno nunca me llamó para ver qué me había pasado. Gente rara, ¿no?

Bello niño, ya es como mi hijo adoptivo, lo amo.
Primero pensé que no la veía nunca más porque ni chiflada me iba a animar a llamarla después de eso, del mensaje horrible en el que la enteraba de todo, y mucho menos a verla. ¿Con qué cara la iba a mirar? Si te hago escuchar el mensaje que le mandé por error… calamitoso. Pero después, con el transcurrir de los días, sentí que tenía que enfrentar, necesitaba explicarle, no sé cómo le iba a hacer entender que no me pasaba nada con Él cuando en realidad eso no lo tengo del todo claro, que no me pasa nada pero… Es que necesitaba justificarme, pedirle perdón, Ella era hermosa y buena, cuando no tenía sus ataques neurasténicos, claro, además pensar que no la iba a ver nunca más no lo podía soportar, no podía irme y dejar que Ella se quedara con el odio atravesado, que cada vez que me recordara le diera una patada a la silla o se lamentara de haberme conocido. NO. Con todo lo que nos había pasado, con todo lo que nos queríamos, creo que Begoña tiene razón, Ella me quiere, debe tener un matete importante en la cabeza, y ahora que no la atiendo peor, pero que le pasan cosas conmigo seguro. Creo. Quiero creer. Me intrigaba sobremanera el motivo por el cual estaba intentando contactarme con tanto apremio, te lo juro. ¡Al fin, querida! Podrían poner otro baño en este bar de mierda, ¿O no? ¿Me esperas afuera? Dale, así te sigo contando, subite el escote que se te ve toda la pechuga. (Sigue)

Continuará...


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