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Acaba de besarme. Mirábamos el partido Argentina-Croacia. Me hizo la gamba, para que no lo viera sola. Pensamos que Argentina había hecho gol, apenas empezaba. Me paré. Se paró. Festejamos con los brazos al cielo raso. Nos abrazamos y saltamos en círculos. Me mordió el cuello, la algarabía, la cercanía nos llevó a eso, mordida tierna al principio, se convirtió en beso. Fue un segundo. Pareció una eternidad. Cuando me di cuenta de lo que le pasaba me contagié y le besé la boca. Afuera más de treinta grados. Adentro bajo cero. Perdimos tres a cero. La sensación de que todos nos miraban aunque no sé si alguien vio. No lo sé. ¿Y ahora? (Sigue)
Continuará...
Un día quise dar con este periodista, empecé a buscarlo, la búsqueda se puso interesante, me senté a escribirla, en el capítulo 5 conseguí su teléfono, en el 14 me animé a llamarlo, en el 30 saqué pasaje (tenía que hacer avanzar la historia), en el 45 le llegó a Campanella justo cuando tenía que viajar, terminé trabajando con él. En el 76 arribé a Sevilla, en el 83 lo puse contra las cuerdas y la aventura continúa... (Vivir para escribirlo luego porque la realidad supera la ficción).
jueves, 21 de junio de 2018
Capítulo 305 "No hay dos sin tres"
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