miércoles, 18 de julio de 2018

Capítulo 324 "Click engañifa"

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Botas negras con plataforma, nada usual en Ella, es más bien de sandalia o zapatilla, calza negra ajustada y brillante, tiene cola redonda, bien formada, le asomaba por abajo del saquito, queda mal que lo comente pero los ojos hasta ahí me llegaron, un segundo, después volvieron a clavarse en el piso de mosaico gris. Y sabés que esto con los tipos no me pasaba, no se me daba por mirarles el culo, ¿será un reflejo que provocan los culos femeninos? A los tipos les miro la estatura, la espalda y el sarcasmo. Y fijate que ya es como si lo estuviera aceptando, esto de que me gustan las chicas, te cuento y no me angustio, igual todavía no sé, quizá es pasajero, en fin... Entró presurosa, zapateante, la vi pasar desde la sombra, fue directo al perchero, colgó su saco, se sacó lo que se tenía que sacar y enfiló rápido para el salón con una colchonetita que agarró de ahí al costado. Los delfines seguían sonando, el olor a incienso me estaba cerrando los bronquios, como la noche de la borrasca con los óleos.

Volvió a subirme la bilirrubina, con lo que me había costado bajarla, en un santiamén me subió. Y por un momento me dio la sensación de que alejarse de Él, por lo del mensaje del trío, suponía yo que se habían alejado, ¿si no quién es esa Sonia? Escuchame, porque Ella me había contado que Él siempre andaba con dos, sí, pero hacía ocho años que eran exclusivos, el uno del otro, orgullosa me lo dijo, con el amor en los ojos que se le desbordaba. Por un momento me dio la sensación de que alejarse de Él la había cambiado, drásticamente, por el look diferente te digo, como si al fin le hubiera caído la ficha, como si se hubiera dado cuenta de que no le hacía nada bien estar con un tipo así, tan que va y que viene, me dio toda la sensación de que algo le había hecho click, al fin, viste que dicen que a veces algo te hace click y listo, chau picho, cambiás por completo, para toda la vida, a mi eso no me pasó nunca pero dicen que pasa. Sí pensé que me había pasado pero a tiempito me di cuenta de que fue un click engañifa, en medio del tropezón con la misma piedra me di cuenta, y es que los cambios profundos parece que tardan milenios.

La cuestión es que no me podía imaginar en qué lugar de esa nueva Ella habría quedado yo, esa nueva Ella si Él, vos me entendés. Con Él no me animé a hablar del tema cuando lo vi. Ojo, Él tampoco lo mencionó, nada mencionó, ni lo del trío nuestro, ni el mensaje, ni Sonia, ni lo de la borrasca en su cama, nada de nada, a esta altura el Tipo o está más allá del mal, o le importa todo nada, o tiene alzheimer, una de cuatro. No sé, la verdad que no sé... Che, en alguna estación de servicio ¿podes parar?, tengo hambre y necesito ir al baño, estirar las patas, tengo el culo cuadrado y estoy harta de hablar sola. ¿Cuanto falta para llegar a Madrid? ¿Una hora? ¿Vos decís que llegamos para ir hoy a Barajas? ¿O vamos directamente mañana? ¿Me vas a acompañar, Morocha? Si no podes no, no te hagas drama, yo ya sé a dónde queda. ¿Me convidás un cigarrillo? ¿No tenés frío? En las piernas, digo, se te subió el solero otra vez, mirá. (Sigue)

Continuará...


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