viernes, 20 de julio de 2018

Capítulo 325 "Último tango en Madrid"

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Y sí, soy una bolsa de objetivos inconclusos, no sé lo que quiero hasta que lo tengo adelante, pero imaginate lo que era yo en ese momento, tenía veinte fuerzas diferentes tirando de mi pobre pellejo, el drama de mi mare, la necesidad del final, de plata, de pasaje de vuelta, el alma partida porque Ella me seguía enloqueciendo, me seguía enloqueciendo pero necesitaba que me abrazara, que me contuviera y me dijera con su voz segura que íbamos a solucionar esto juntas, que Ella también se había enamorado de mi, que no había sido yo la única tarada. Por eso me llegué hasta Jerez, porque esa fue la fuerza más potente, la del amor, me arrastró, y claro, para saber  de una puta vez si realmente la quería, para ver qué me pasaba después de más de un mes de no verla. Viste que las pausas son sanadoras, ¿no? Alejarse un poco descontamina el alma y el ambiente. Y voy a preguntarte una obviedad, pero ¿si no es amor qué otra cosa puede ser? ¿Que otra cosa te tiene pensando en alguien día y noche como una reverenda idiota? Y a veces, escuchá porque esto es lo peor, a veces, aunque sé que quiero a esa persona el miedo me hace creer que no, porque cómo puedo querer algo que me hace temblar y me da taquicardia, ¿mentendés? Esta mujer me da taquicardia, me adelgaza, me angustia todo el tiempo, porque me desconcierta, me tiene viviendo en la incertidumbre, es lo mejor y lo peor que te puede hacer alguien porque el misterio es atractivo, te sostiene la curiosidad, sí, pero es insoportable, al final te termina volviendo medio loca.

Cuchame, ¿podés para acá, por favor? ¿En esa Repsol? Pero eso quería yo saber, nada más. ¿Me amaba o no? ¿Por qué tantas vueltas? ¿Tantas retóricas? A veces parecía que su cuerpo quería pero su cabeza decía no, algo la trababa, no sé qué, y eso me mataba. Me mata. Ahora menos porque vi lo que vi, eso me la bajó al primer piso, no es moco de pavo, yo la tenía en la punta del obelisco, allá arriba, la perfecta, la respetuosa, la ubicada, la frágil, la hermosa, la delicadísima, todo lo que siento que yo no tengo, que yo no soy… Pero ahora no, no es tan bellísima ya, ahora es bella, y prefiero no recordar sus facciones, prefiero que no; tampoco es tan dulce, ni tan buena persona, ya no la alabo con todo el cuerpo, ya no me desvelo pensandolá, o sí, pero ya no porque me lo proponga; ya no me muero de ternura por Ella, y vos reíte pero percibir que el otro es un cerdo a la vez me atrae y me repele. (Sigue)

Continuará...



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