Hice la clase entera y sabés que lo necesitaba tanto, al otro día me dolía todo que casi no podía caminar, por el esfuerzo corporal y por lo que había visto en la casa de Ella, claro, puntualmente en su habitación. Me temblaban los muslos cuando subía los escalones de la casa de Begoña, creo que alguien lo hizo a propósito, para joderme, porque está llena de ellos. Y es que si vas a intentarlo ve hasta el final, no sé quien lo dijo pero me lo tomé a pecho, así que hacíamos el triángulo, es una postura de yoga, y la tipa, la profesora, digo, nos tenía sosteniendo media hora más o menos, y yo aguantaba, aguantaba, aguantaba, no sé si lo conocés pero Charly García dice que es preferible el dolor al aburrimiento, bueno, yo lo del aburrimiento lo quité, me la adapté a mi necesidad la frase, prefiero el dolor, sí, el dolor físico al neurótico, a ese que se te acopia en la garganta. Así que sostenía la postura, me temblaban los bracitos y todo en un momento, la respiración me salía entrecortada, sentía que se me estaban por saltar los ojos, pero sostenía, y al final ese dolor en las extremidades le terminó ganando a la psicótica máquina mental, porque no pensé en Ella ni en el melodrama del mensaje errado durante más de veinte minutos, aproximadamente.
Continuará...
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