sábado, 21 de julio de 2018

Capítulo 326 "Pítala de nuevo"

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Hice la clase entera y sabés que lo necesitaba tanto, al otro día me dolía todo que casi no podía caminar, por el esfuerzo corporal y por lo que había visto en la casa de Ella, claro, puntualmente en su habitación. Me temblaban los muslos cuando subía los escalones de la casa de Begoña, creo que alguien lo hizo a propósito, para joderme, porque está llena de ellos. Y es que si vas a intentarlo ve hasta el final, no sé quien lo dijo pero me lo tomé a pecho, así que hacíamos el triángulo, es una postura de yoga, y la tipa, la profesora, digo, nos tenía sosteniendo media hora más o menos, y yo aguantaba, aguantaba, aguantaba, no sé si lo conocés pero Charly García dice que es preferible el dolor al aburrimiento, bueno, yo lo del aburrimiento lo quité, me la adapté a mi necesidad la frase, prefiero el dolor, sí, el dolor físico al neurótico, a ese que se te acopia en la garganta. Así que sostenía la postura, me temblaban los bracitos y todo en un momento, la respiración me salía entrecortada, sentía que se me estaban por saltar los ojos, pero sostenía, y al final ese dolor en las extremidades le terminó ganando a la psicótica máquina mental, porque no pensé en Ella ni en el melodrama del mensaje errado durante más de veinte minutos, aproximadamente.


Cuando al fin terminó la clase, recién me atreví a mirar un poquito y de reojo hacia donde yo me imaginaba que podía estar Ella, hacia donde había intuido se acomodó la que entró tarde con sus zapateantes plataformas. Quizá ya me había visto, pensar eso fue lo peor que pude hacer, te imaginarás. Empecé a rascarme la nariz de nuevo de manera involuntaria, todavía recostada sobre mi colchoneta, los dedos gordos de los pies me bailoteaban sin proponérmelo. Las viejas empezaron a removerse, de a poco, en sus colchonetas, yo me hacía la que estaba relajada pero ya viste, al segundo me brotó todo de nuevo, y no me soporto más, me brotaron los nervios, las ganas de llorar, de desaparecer, de no saber para dónde disparar. ¿No paramos acá? En serio que necesito ir al baño, mucho, no vamos hoy a Barajas, eh, lo dejamos para mañana, estoy demasiado cansada, contrariada, y de paso conozco tu casa. ¿Te parece, Ojos negros? Me gusta cómo te queda el habano, a ver, pitalo de nuevo. (Sigue)

Continuará...


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