Capítulo 344 "Para nadie más"

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Ella estaba gozando del otro lado de la puerta, gozaba como una loca, mi Gitana... Y debería haberme dolido ahí mismo pero no. Era Ella, eh, gemía y reía con alguien que no era yo pero tampoco era Él, ¿podés creer? Yo no podía, no me daba cuenta, no me quería dar cuenta, como los más poderosos, cuando las vicisitudes de la vida los sientan en el banquillo de los acusados frente al juez, generalmente no pueden aceptar que han caído, niegan todo delito, como si estuvieran locos, como si no entendieran de qué les están hablando, aunque las pruebas sean más que contundentes, aunque tengan el cadáver frente a sus propios ojos. Así me quedé, ahí parada, escuchándolo todo. Y a mamá mono con bananas verdes, mentendés, porque yo esto ya lo sabía, lo supe desde la primera vez que lo vi al pelotudo de mierda, que está muy guapo por otra parte, Toni, el pare de Bello Niño, lo supe desde la primera vez que le seguía pasando algo con Ella. Es imposible que no te pase algo con Ella y me da una bronca que sea tan irresistible, la puta madre. La haría vestir si pudiera como se visten las musulmanas, toda cubierta, de cabeza a pies, para que nadie la pueda ver, y que se vaya al carajo la abolición del patriarcado, a la mierda que se vaya la liberación femenina, yo a esta mina la quería para mi , ¡Y PARA NADIE MÁS QUE PARA MI!

Fue antes de la borrasca Félix, callate, voy a parar una rato acá al costadito de la ruta porque no puedo manejar ahora, tengo los nervios de punta otra vez, ¡te dije que no tenía que embalarme de nuevo, Gordo! ¿Te lo dije o no te lo dije? No te duermas, estpupido, que me siento sola. Tendría que haber seguido haciendo cosas ordinarias, hablar del clima con las personas, comprar algo en alguna peatonal, mirar el resultado del prode. No, si vomitás el tapizado de la Hummer el olor no sale más, lo sé porque a mi papá le pasó, mi primo vomitó atrás y nunca más se fue, la que iba ahí siempre era yo sentadita así que doy fe. Cuchame, jodete por hacerte el canchero con el ayahuasca de Fernando, boludo, te pensás que eso es para cualquiera, y callate que se me va el hilo. Hacía dos días que con la Gitana no veíamos el sol, Ella me pintaba y me follaba, en ese orden, cada cinco minutos, era una locura, un infierno, con esas ganas que no se le iban nunca. Y a mi tampoco. Casi que ni podía escribir entonces, me pasé tres días sin escribir pero no como ahora que era desintoxicación, no, casi que no respiraba, no podía, no me dejaba, y a mi me encantaba tanto que no me deje.

Bello Niño se había ido con él, con Toni, y la mare de Ella es una tipa ubicada, divina es, doña María Dolores, me da una pena enorme que esté jodida de salud, la mare ni se dejaba ver, solamente cuando pasados dos o tres días notaba que no salíamos ni a comer algo, ahí venía y nos decía que fuéramos a picar esto u aquello, cocina de pelos, igual que la Rubia de mi vida, en serio que fue una locura, no te estoy jodiendo, una semana de locura sobre una cama rodeadas de cuadros de Ella. ¡Parece que no me escucharas! Y yo no sabía pero el sexo te quita el hambre. ¿Sabías vos? ¿Garchaste mucho vos en la vida, Gordo? La fama ayuda, ¿no? ¿O no? (Sigue)

Continuará...