Así que me quedé ahí, al otro lado de la puerta, estaqueada, escuchándolo todo, hasta que Ella terminó, fue como si me dieran el pésame, como si se hubiera muerto alguien que te enloqueció la vida con su enfermedad terminal hasta que al fin decidió dejar de resistirse. Días después sólo recordar el evento se me erotizaban hasta las trompas de eustaquio. Hijo de puta. Hijo de remil puta. Porque por un lado me parecía una inmoral, una perversa y la odiaba, pero por el otro… la mina se animaba a vivir, me tuvo ganas a mi y no se contuvo, se vuelve loca con el de la colina pero ahí sigue, a su lado, porque le encanta que la vuelva loca, y al parecer le pintaron ganas con el pare de Bello Niño y bueno, ¿por qué no?, se dijo, o no, no se habrá dicho nada, seguro esas maneras que él tiene de macho alfa, de líder autoritario, de haceme caso o vas a saber lo que es bueno, hembra mía, seguro que eso la puede, él la habrá agarrado firmemente de la mano y Ella se dejó, habrá fingido cierta resistencia porque lo conoce, sabe que eso a él lo coloca, pero rápidamente cedió porque él dominaba, la terminó llevando hasta la pieza del nene y ahí nomás se le entregó, y cuánto hacía que lo esperaba, cuánto… Se conocen hasta las curvas más cóncavas del alma, él sabe exactamente lo que tiene que hacer, en eso me lleva ventaja.
Insoportable. |
Continuará...
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