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La cosa es que terminaron de discutir sobre el nene y él salió, del día que lo conocí a Toni te hablo, de cuando caí en cuenta de que todavía le encantaba mi Gitana, salió otra vez sin mirarme, como si yo no existiera, eso me sacó más de quicio todavía, no le puse la pata para que se caiga y se le amorate la nariz esa que tiene porque soy una maricona, el tipo es atleta, musculoso, alto, tiene unos ojos celestes que parecen dos farolas, y una sonrisa llena de dientes blancos relucientes. Y no le metí la pata porque escenas de hospital llevamos como tres, entre Bello Niño y su TDAH, la mare de Rocío y el concubino, la quebradura de brazo de la que te jedi, creo que a eso no llegué todavía, ya no llevo registro, pero con tanta guardia de hospital se me va a convertir esto en Greys Anatomy, una cagada. Él salió y Ella volvió a lo suyo, a los pinceles, a sus óleos, también sin mirarme, al parecer había yo desaparecido del mapa para esta gente.
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Mi desenfrenada en el Puerto de Santa María. |
Ella volvió a lo suyo y yo saqué la cuenta, eran las tres de la tarde, desde que nos habíamos despertado, alrededor de las seis de la mañana, me despertó Ella, no se puede dormir con la Gitana más de tres horas seguidas, al menos por el momento no se pudo y no te voy a mentir, esa es una de las cosas que más extraño ahora. Desde las seis me había follado seis veces, porque es Ella la que me aborda, no me sugiere, no me consulta, me aborda, me avasalla, cuando me está pintando de pronto para, se queda mirando el cuadro, a veces se suelta el pelo y se lo bate con las manos, se restriega los ojos, otras se lo deja atado y observa la luz que entra por la ventana, y entonces yo ya sé, me va a mirar un segundo de reojo, en ese segundo decide lo que sigue y yo la dejo porque Ella escribe esto mucho mejor que yo, camina hacia mi, como quien no quiere la cosa, como pensando en trivialidades, en qué es lo que tiene que hacer ese día más tarde, cuando me toma de la mano recién me mira y ya con los ojos me está follando la Gitana, femme fatale, y a mi con eso me basta, se me agita la respiración, se me enciende hasta la coronilla, me lleva hasta los pies de su cama, me agarra por atrás de la nuca con las manos y me mira largo, en detalle la cara, el cuello, los hombros, las dos todavía paradas, yo ya temblando de ganas pero me quedo quieta, Ella se toma tiempo para mirarme y eso me vuelve loca, que no me haga nada, que tenga el poder, que me maneje a sus anchas, apoya su cuerpo desnudo contra el mío, su cuerpo caliente y andaluz.
(Sigue)
Continuará...
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