viernes, 14 de septiembre de 2018

Capítulo 365 "Momento crucial"

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ahí se armó la gorda, me cayó como el culo, podía entender su vergüenza, a medias podía, porque para poder entender al otro en el momento de la rabia, en medio del brote psicótico, del despecho desmedido hay que ser superior y yo no soy superior, trato, de a ratos, pregono lo que debería hacerse, qué es lo que yo haría si lo fuera, superior, pero no, soy como todo el mundo, me es imposible, generalmente, controlar mis emociones en momentos cruciales como este. Por este motivo TODOS los libros de autoayuda que puedas llegar a leer durante tu miserable vida NO sirven de nada porque en el momento crucial TODO se va al carajo. ¿Me comprendes? Mejor fumarse un canuto y listo. Ella no me estaba despreciando a mi en ese momento, no, le daba miedo lo que pudieran pensar los demás, que la rechacen, que la tilden de rarita, no estaba lista para semejante situación, no todavía, ahí, en medio de la reunión, pero en ese momento cómo hubiera podido hacer para no sentirme maltratada, rechazada, yo toda buena ofreciéndole jugo para que no se le secara la boca esa tan elocuente que tiene, para hablar, para besar, y Ella reacciona de esa manera horrible, ni me miró cuando el extendí el vaso, me percibió de coté, se puso tensa, cuando se pone tensa se le nota en los ojos, se le dilatan y no los mueve, los deja fijos, y los orificios nasales también se le agrandan, por eso me di cuenta, hizo como que no me veía y siguió hablando. ¡Espantoso!

En ese momento entendí a medias su reacción, por esto que te digo, el duelo eterno entre la razón y la emoción, entendí a medias pero igual me puse coto, cosa que Ella no hace, me aguanté maula el rechazo, porque mi razón y mi emoción, aunque sientan/piensen distinto, hacen como unas paces subliminales intrínsecas que me permiten razonar mientras siento de manera desaforada, o algo así. Y me aguanté porque soy ubicada, no quise incomodarla, no quise llamar la atención ahí en medio de la charla sobre discriminación y gordura, pero quedé herida, heridísima quedé. Me tomé lo que quedaba de jugo en el vaso y me senté en un sillón desvencijado, lejos de Ella, que no advirtió nada de lo que me pasaba, tan efervescida que estaba discutiendo, tan enojada, tan hermosa, inalcanzable, apetecible, mi Gitana activista. Agarré el ipad y me concentré en lo mío, en mi capítulo del patriarcado para la revista de Reverte, que sale este sábado, ahí tengo que poner la energía, en algo productivo, no en esto, esto se tiene que terminar cuanto antes, cuanto antes, si pusiera la energía, el cuerpo que le pongo a esta mierda en mis artículos patriarcales ya estaría en… no, no tengo idea de en donde estaría... Pero al final me viene bien que me trate mal porque entonces me ofendo, me alejo, Y PRODUZCO. (Sigue)

Continuará...

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