La verdad es que quería que se fuera porque estaba aterrada, yo, y creo que ella también, o no, no sé, no estaba segura porque a veces chateaba y se reía, ya lo dije. ¿Alguien drogado/aterrado chatea y se ríe, por momentos? La cosa es que me sentía aterrada, ya panicosa, me dolían las piernas, me costaba respirar y todo, me ardía el pecho pero trataba de disimularlo, no sabía qué cuernos hacer, por eso llamé a la puerta de al lado, tuve miedo de que me atacara o atacase, porque no se levantaba, no me hacía caso, de que ya era mejor que se fuera, incluso pensé que estaba haciendo tiempo y mientras tanto sus cómplices venían para la casa, porque había pasado mi dirección a alguien para lo del Uber, no sé cómplices de qué pero pensaba eso, quizá por la paranoia de la droga. ¿Quieres que telefonee a la poli para que venga a cogerme? Eso me preguntó, literal y literariamente, si quería que llamara a la policía en lugar de a Uber. ¿Es normal que alguien diga eso y ría, neuróticamente, acto seguido? ¡Si yo le estaba diciendo que la llevaba hasta donde necesitara! No sé, de verdad que no sé, me pongo nerviosa de nuevo al escribirlo, como si lo estuviera viviendo otra vez, fijate, me tiempln las piernas, estaba muy asustada yo, semejante situación tan imprevista...
¡Es que ya no sabía a quien tenía adelante! Supongo que a ella le pasaba lo mismo pero no estoy segura porque se reía… Yo cuando me asusté no me reí más, te lo juro por mi perro Cirilo. ¿Cómo alguien tan respetuoso en su sobriedad podía ser tan irrespetuoso, de pronto? Tras dos o tres cigarritos. ¿Con quién había estado charlando y pasándola tan bien todo este tiempo? Porque además de los regalos trajo dos helados, quedaron en el freezer de la heladerita, me los comí dos o tres días después del despelote, mientras pensaba en ella, en qué carajo era lo que había pasado, todavía pasmada, angustiada, tentada a cada rato de escribirle para ver cómo estaba, si estaba bien. Cuando la dejé en el taxi me quedé horrible, entonces le mandé un mensaje, al volver al departamento, y al rato me respondió, por suerte, supe que había llegado bien, a donde fuera que hubiera llegado, las dos nos sentíamos pésimo pero ella insistía con que la culpa había sido mía, de todo, yo me había puesto rara, yo era la loca, la mala, la cobarde, la cerrada, ella se había portado como una Lady… Me había tratado de fóbica, de incapaz de vivir, de maltratadora, de psicópata… pero la mala gente fui yo…
Continuará...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario