jueves, 27 de diciembre de 2018

Capítulo 416 "El sistema de la culpa"

CAPITULO ANTERIOR

La culpa es de Marina
Y casi la llevo hasta la casa de su abuela, casi hago lo que me pedía de manera más que prepotente, casi le creo todo lo que decía de mi, porque crecí enrollada en el sistema de la culpa, de tener que saciar las necesidades de todo el mundo, si no, papá y mamá se enojaban. Cuando se separaron fue el calvario, a ver a quien le daba más bola, ahora mismo es el calvario, no contenta con tener que llevar a mi mare de acá para allá con sus estudios el otro me pide que lo acompañe a hacerse la endoscopía. ¡Como si no tuviera ya suficiente! Le dije que no, claro, que lo acompañara su señora esposa, que se tomara un remís, pero todo un día de amargura me costó hacerme la cocorita. Y esta otra me daba en la tecla, la Malagueña, que no sabía brindarme, me decía, que era una desamorada, que alguna vez iba a tener que animarme a querer, atreverme a dejar que me importe alguien más que yo misma. Y casi le creo todo, por lo del sistema de la culpa, aunque en ese mismo momento hacía lo contrario, ella no se daba cuenta pero estaba arriesgando mi pellejo por llevarla a un lugar seguro, en el estado en que estaba no daba pie con pelota la piba, bien hubiera podido dejarla en cualquier esquina y que se arregle, pero no, estaba pensando en ella y no en mi…

¡Lo haces por tu propio provecho!, me gritaba Hobbes desde el ancestral inconsciente. Lo haces para sacártela de encima y no quedarte con el peso de lo mal hecho, Marina, a ver si todavía mañana aparece en las noticias: Malagueña atropellada por furgón con acoplado, el cuerpo de la occisa fue encontrado en varios pedazos esparcidos por la autovía A-357, aún no se ha dado con todas sus partes, la responsabilidad y el recato siguen desaparecidos, tampoco se ha dado con la autocrítica, el autoconocimiento y el torso. ¿Mentendés? ¿Cómo haces para volver a dormir sin pesadillas? ¡Sin que se te aparezca su cara lunática y semisonriente en la cama? Mejor asegurarte de que llegue bien a su hogar, y ella tiene razón, no sos una buena persona, NO TE IMPORTA NADA SALVO VOS MISMA.

Entramos a la ciudad a ciento veinte kilómetros por hora, embalada como venía no amainé la velocidad hasta que otro automovilista me lo hizo notar a bocinazos, entonces saqué el pie de golpe, la piba casi se la pega contra el parabrisas, por suerte tenía el cinturón puesto, por suerte estos autos modernos no andan si no se lo pone, no podía pasarle nada, ni un rasguño, de eso dependía que yo volviera a pegar un ojo. Frené en la plaza, el primer lugar más o menos urbano que encontré, era tarde pero había alguna que otra persona. Por ella o por mi ya no daba para más la cosa, me detuve al lado de la parada de taxis, bajé decidida y abrí la puerta del acompañante. Ella agarró su mochila, todavía impávida, y se bajó sin titubear, sin decir algo, solamente me miraba. Le hice señas al taxi y le di indicaciones preguntándole a ella, a la fumada, que tenía que llevarla hasta… ella no dijo nada, y supongo que se subió, no me di vuelta a mirar, el seso ya no daba para más. Me volví a Alhaurín escuchando la radio, pensando en esa delgada línea que separa el hacer por el propio deseo o por cumplir con el deseo del otro, para que no te rechace… línea imperceptible, si la habrá. (Sigue)

Continuará...



No hay comentarios.:

Publicar un comentario