domingo, 19 de mayo de 2019

Capítulo 465 "Artilugias"

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Pero ella tiene unos modos bastante singulares de “acompañar”, hablábamos sobre Rocío con mi madre, que ya tomaba con naturalidad nuestra "amistad", la nueva amiga, le llama. Mare todavía vive y colea pero con un no muy buen pronóstico, lo dijo el doctor anteayer, esto esto y esto no es buen pronóstico. Fui con la hojita de la biopsia de la gran operación gran. Me lo explicó a mi aparte porque la Vieja sigue sin saber lo que tiene, no se lo contamos para no amargarla, que tenía algunos pólipos que se podían volver malos, le dijimos. El doctor señaló tres ítems de trece que había en el resultado del patólogo. Uno de ellos es cuasi crucial, el cáncer se fue a los ganglios así que si se le da la gana puede propagarse, si no se le da la gana no, nada es seguro, salvo que seguro fue preso. Nada asegura que mañana yo estaré viva y mi madre no, o viceversa, ya lo sabemos, ya sabemos que nos vamos a morir pero cuando te vienen así, unos señores vestidos de blanco y con diploma a decirte que no es lo tuyo un buen pronóstico uno se acuerda de que hay un final y se angustia, y se alivia, y lo siente en cuerpo y sangre. Cierto, esto se acaba, que lo parió. ¡Y menos mal! Por ahora no hay que hace más nada, ni quimio, ni rayos, supongo que por la edad. Haremos los controles semestrales y ahí iremos viendo.

Estábamos en el barcito cercano a la residencia. Tomábamos la merienda como si nada, como si el cáncer no existiera, como si no tuviéramos ninguna de las dos fecha de vencimiento. Eso es cagársele de risa en la cara a la muerte, forra de mierda. Mi madre insistía con que no soy una persona fácil y yo ya lo sé a eso, sé que respondo mal cuando me encuentran, sé que no tengo paciencia para lo meloso, sé que puedo ser la mar de asquerosa y repugnante cuando me harto, ya lo sé, pero se supone que mi madre juega para mi equipo. Pues no, mi madre es de las mías, cuando hay una verdad para decir la dice, y enojate, y no me hables más. Y si sos madura asimilalo, aprovechá y crecé. Cuando alguien alborota para llamar la atención es porque necesita afecto, agregó, amagando a levantarse de su asiento. ¡Pero no es manera! ¡Asustar al otro con que no me siento bien! ¡Con que no voy a seguir adelante! ¡Con que me voy a matar si total pa qué! Esa fue la manera de mi madre, manipular con esas artilugias para tener la atención de todo el mundo, las mismas de las que hace uso Rocío. Nos quedamos las dos en silencio. Era sábado por la noche. Sábado por la noche sin ella y en realidad ya era costumbre porque usualmente estábamos peleadas, tan estúpidas, tan ególatras, tan tozudas... tanto que nos gustábamos, tanto que nos disgustábamos...

Amo estar así en la cama con vos, me había dicho la última vez que nos vimos, que ya ni recuerdo cuánto hace, más de una semana seguro, más de dos... Y a mi me pasaba peor, no amaba estar con ella en la cama, era más que eso lo que me atravesaba, pero no se lo dije. Es unas de las cosas que la hacen estallar, mi silencio, mi aparente apatía. Justo a ella, que necesita que le demuestren como demasiao todo el tiempo. Éramos completamente opuestas en muchas cosas, por eso tanta atracción, por eso puro atracón cuando nos veíamos. Ella y su whatsapp full time; yo y mi no whatsapp full time; ella y su necesidad de estar conectada y contactada la mayor parte del tiempo y yo, que cuando nos peleamos, quizá no recibo un solo mensaje en todo el día. (Sigue)

Continuará...



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