¿Se puede ser malo y hermoso a la vez, che? Porque ella lo es, o lo era. Ahora el tiempo y la distancia están poniendo paños fríos y no sé si es eso pero por momentos no concibo la posibilidad de volver a sentir algo bueno por Rocío. Por momentos no entiendo cómo pude sentir algo bueno por ella, atracción, ternura, compasión, si es que esos sentires son buenos, ¿no? ¿Vos sabés lo que pasó entre nosotras? ¿Te enteraste al final? ¿Después de lo de El Portil? Recién estoy pudiendo, a doce mil kilómetros de ella, sentir objetivamente. Si es que se puede sentir de esa manera, al sentir del amor me refiero, que suele ser un sentir desbocado, sinrazón, masoquista. Hermosamente siniestro escribió un compañero en lo de Aída Bortnik y Aída puso el grito en el cielo, que no se podía ser siniestro y hermoso, o se era una cosa o se era la otra. Pero Rocío lo es. Es las dos cosas. Eso me hipnotizó. Eso me hizo salir rajando hacia la plaza en dónde me esperaba, furiosa y sensual. Sí. Antes de esa noche todavía me parecían sensuales sus estados de ira. Qué falta de cordura, qué atropello a la razón...
Ayudé a mi Mare a cambiarse la pollera orinada, le encendí la televisión, cerré las persianas del cuarto y junté todo lo que tenía que llevarme para lavar. Ella protestó, como siempre, que porqué no me quedaba un rato más, que se aburría sola, que las monjas del cuarto de enfrente mucho predicar el bien pero a ella no le daban ni pelota. No la escuché. La saludé con un beso y salí. Miré a ver si había mandado algún espeluznante mensaje más. La Gallega. Sí. Un mensaje de protesta me había llegado mientras subíamos por el ascensor con la Vieja. Que si pensaba tardar mucho más, decía el texto, que no se sentía bien, que estaba empezando a refrescar y tenía frío y que si pudiera ya se hubiera ido, pero no podía. Sentí una bronca tremebunda. Tremebunda. Y este era el desafío. Dejar de reaccionar a sus mierda estímulos buscaroñas. Ella estaba cagándose de frío en esa mierda plaza porque así lo había decidido. Ella había elegido venir. Ella había enloquecido de la nada luego. Ella se había negado a llegarse hasta bar aunque incluso mi Mare le había pedido que lo hiciera. Ella era el viento de su propia desgracia pero me encajaba a mi toda la responsabilidad.
Eso me daba ganas de reventarla a patadas. ¿Y sabés qué? ¿Me oís? Loco. ¿O te dormiste con los ojos abiertos? Cuchame, esto es políticamente incorrecto, muy políticamente incorrecto lo que te voy a contar, pero después de aquella Noche Fatale pude comprender al exmarido. Estuvo casada como diez años la mina, ¿vos lo sabías a eso? Un día el tipo supo agarrarla del cogote contra la pared, me lo contó ella, Rocío, y primero me puse de su lado, me indigné fiero, qué hijo de su mala madre, pensé, encima de lo que le había pasado con el hermano después eso otro, la abracé y todo, con lo que me cuesta expresar mis sentimientos, pero el fin de semana fatal con la Vieja internada, con esto que hizo de la plaza y luego en mi casa... Ojo, no justifico la violencia en ningún caso, eh, me parece que está muy mal, pero habiendo conocido las maneras de funcionar de esta mina en carne propia pude entender que al tipo se le hubiera patinado por un segundo el moño de la ira. Porque es un segundo, se te chifla y acto seguido está la otra en el piso con el labio chingado. Y entonces volvés. Y te querés morir por lo que hiciste. ¿A vos te pasó? ¿Se te patinó el moño de la ira alguna vez? (Sigue)
Continuará...
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