sábado, 11 de enero de 2020

Capítulo 502 "Mañanas silvestres"

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Las pocas mañanas que supimos despertarnos juntas, mañanas silvestres, ella en el comedor y yo en la pieza, porque nos despertábamos y recién ahí se mudaba a mi cama, la primera vez pidió permiso y todo para entrar, que hija de puta, se hacía la respetuosa en exceso y mirá después. Las pocas mañanas que me desperté junto a ella hubo de esas insinuaciones conventilleras/torteriles. Mechaba entre besos y abrazos a su amiga con la que alguna vez había pasado algo, según ella. Para mi habían pasado algos, muchos algos, y seguían pasando. Y seguirán porque esa pobre mujer no se la puede sacar de encima, no tiene con qué, es Rocíodependiente y a mi alguna vez se me ocurrió escribirle, tratar de ayudarla, de espabilarla, Rocío se encargó de que yo supiera su nombre, viera sus fotos, y la chica las mías. Se me ocurrió escribirle para decirle que a las dos nos torturaba de la misma manera pero rápidamente recordé cuan al ñudo habían sido los intentos de mi amiga para que yo espabilara, para que me diera cuenta de con quien estaba, para que saliera corriendo... No pudo, yo estaba ciega, peor que ciega, estaba loca. Si no te espabilás vos no te espabila nadie, Loco, es una tarea individual sobrevivir en este mundo lleno de sociópatas narcisistas.

Literal y literariamente...
Y no sé ni cómo pero se las arreglaba para meterla siempre en el medio. Un mensaje que le sonaba, un recuerdo que le venía por algo que yo decía y ahí la traía a la chica esa. O si no me contaba sobre Fulana que andaba a la vez con Mengana y Zutana, se escandalizaba mientras me relataba las peripecias dramáticas, sus ojos ahí expresaban, sí, expresaban admiración por Fulana, que se animaba a andar con dos a la vez y a las dos les sacaba plata, víveres y alojamiento. ¡Una gigoló!, respondí yo más escandalizada que ella y ahí, cuando la miré con cierta confusión, porque ella parecía enaltecer lo que Fulana hacía, ahí cambió, se hizo la indignada, la enojada, la correcta, la que no podía soportar ver a Fulana arrastrándose como lo hacía, Fulana tenía que dejar de humillarse, buscarse un trabajo, recalcaba casi a los gritos que ella, Rocío, JAMÁS podría vivir de alguien. No voy a decir ahora que es farsa porque es combustible de escenas venideras pero si no ya lo deschavaría.

Y recién ahora entiendo. Recién ahora que la distancia, el tiempo, los sucederes variados con que la vida nos sale y por suerte no se detienen nunca, gracias a ellos estoy empezando a entender algo de lo que pasó. Creo. Le gustaba jugar con fuego jodido, eso es claro, y eso es lo que hacen las lesbianas, les gusta el juego subidito, el que se pasa de castaño oscuro, de melodrama, de tragedia. Era lo que hacía conmigo, me refregaba en la cara la doble vida que llevaba, doble o triple. Me vivía, vivía a la otra y quien sabe a cuántas más y me lo refregaba en la cara. La expresión de sus ojos mientras me relataba la novela de Fulana no era de admiración, entendí bastante después, era gozo, jugaba conmigo de esa manera casi humillante y yo como una idiota, siempre al borde de darme cuenta, siempre algo angustiada, al final la dejaba pasar. Volvía a pagarle una cena o a dejarle plata en el bolsillo porque se había olvidado la tarjeta o justo el cajero no tenía plata o el negocio no iba bien o...

Poco a poco supe aprender a barrenar las olas de la loca, le tomé el tiempo, ella jugaba conmigo pero yo jugaba con ella. ¿Eso me convierte en una enfermita a mi también? Rocío te quita todo, lo material, que es lo que más le importa, y lo espiritual, la energía, lo bello, lo genuino, lo original… Porque la otra chica es una divina, es copada, hace cosas copadas, es buena gente, ¿entendes? Rocío se queda con todo mientras te tiene. Su deseo de poseerte es similar al de los tipos que llevan de la mano a una muchacha joven sólo para demostrar que son los reyes de la manada. Algo así. Y vuelvo a Retiro que se nos viene la hora de la cena. Que cosa esto de que las comidas nos organicen la existencia, ¿no? ¿Qué vamos a cenar? Pué no sé... ¿En casa o salimo? (Dijo Él) (Sigue)

Continuará...



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