sábado, 25 de enero de 2020

Capítulo 504 "Con la Gitana o con quien"

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Todo vuelve. Ten paciencia. Tú espera que ya le llegará lo que merece. ¿Lo dudas? Que la justicia divina existe, anda, que ya verá. Tú tranquila, tranquilidá, mentiende, haz tu vida, niña. Pon la energía donde sepa tú que vale la pena (y la alegría), que tarde o temprano se siembra lo que se cosecha. Enfadarte no te sirve a ti, me opina el Loco antes de terminar su segundo vaso de agua, no bebe hace tiempo por asunto de salud. Me opina con su gesto adusto pura pose, ese que ya ni recordaba, no ha podido librarse de él, de esa necesidad de parecer recio, fuerte, invencible, seductor. Y es que le queda muy bien, eso lo debe saber, con ese gesto arrecia el hombre. Por lo menos a mi. Sí, está por cumplir ochenta primaveras el muchacho, y aún así, me arrecia.

No puedo quedarme mucho más porque mañana se va para San Juan del Puerto, al fin harán una fundación con su nombre, igual que Antonio, exclamé cuando me contó, ¡vas a tener tu propia fundación, Loco! No le gustó nada, no le gusta que lo compare con el otro muso, nada de nada, ni con el otro muso ni con nadie. Que van a presentarla en sociedad en algo que se llama Fitur, me informó, a la asociación esa que harán con su nombre, no tengo idea de qué es Fitur y tampoco pregunté. Como no pregunté si iba con la Gitana o con quien. Como no volví a preguntar qué había sido de Ella, de ellos, cuando no me respondió esa pregunta hacía solamente un rato. Al Loco no se le pasa media, si no respondió es porque no quiso hacerlo. Así que aún no sé qué fue de la rubia inexorable. No sé si siguen juntos. No sé si volvió con el Toni, su ex, no sé qué fue de su mare enferma, tampoco de su corazón. Ignoro si me guarda rencor o me recuerda con cariño. O nada. Sí se que sigue teniendo el mismo teléfono porque en mis contactos veo su foto. Y sé que todavía me tiene entre los suyos porque cada tanto puedo ver sus “estados” de whatsapp.

Jesús se va para Huelva y esta vez no me pide que lo acompañe, como supo hacer aquella vez en El Portil, cuando la Gitana se había esfumado con Bello Niño, fin de año de 2017. Me había cruzado por la arena, camino a su Hammer floreada y me pidió que fuera con Él, y fui. Sin pensarlo. Con lo puesto e insolada. Sin el ipad con el móvil. Y recuerdo también que nunca llegué a contar esa parte, ese fin de semana sin fin junto a Él y a su locura, que van de la mano. Y a la mía, mi propia locura. Porqué no. Estar junto a un Loco por más de demasiados días inevitablemente te enloquece, tira abajo los prejuicios, la estructura. Y los postjuicios también. Después de hacer todo lo que hice con Él, que era el hombre de Ella, a la que yo consideraba en ese momento MI mujer… Después de eso no tuve ni medio remordimiento, ni media culpa, doctor Freud. Como si hubiera sido lógico que pasara aquello. ¡Lógico! ¡Aquello!

Y el Tipo siempre cantando la justa en el momento justo. Bueno, siempre no pero casi. Desearle lo peor a alguien que ta jodío no sirve de nada, eso te pone mala a ti muhé. Tiempo al tiempo que quien mal anda mal acaba, acuérdate, concluyó y desapareció en el laberinto Quinteriano con un: vámónó... Ahora es otro laberinto, queda a la vuelta del anterior porque mucha agua ha pasado bajo el puente y hubo que vender asuntos para pagar otros, incluidos los de la renta del Quintero. (Sigue)

Continuará...



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