miércoles, 3 de junio de 2015

Capítulo 61 "La tele, una señora presurosa"

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En este momento estaría siendo yo una suerte de mujer golpeada Y NO SE ALEGRE porque no es que me hayan golpeado literalmente de puño y letra, vieja demente repelente que gusta de las peleas al igual que de mirar Sálvame y el aborto de la novela turca. ¡PUES NO! Ándome como mujer golpeada porque en este mismísimo instante dudo de mi insano juicio. A pesar de mirarme el moretón en el alma sigo pensando que doña televisión (todos de pie) es una buena mina: me ha dado LA OPORTUNIDAD DE MI VIDA y no estoy sabiendo  aprovecharla, la muy generosa me abrió las puertas que se abren solamente a LOS ELEGIDOS y no estaría pudiendo estar a la altura de la circunstancia (acá usted no entiende ni jota porque no se leyó el capítulo anterior así que me deja hablando sola PORQUE LO QUE QUERÍA ERA SANGRE, GRITOS, IVO KUTZARIDA EN CULO, KIKO MATAMOROS EN PELOTES y como no se lo he dado ni se lo daré se va, que le garúe finito).

Es sabido que la tele es una señora presurosa, se rumorea que es una inescrupulosa, se lleva todo por delante, salud, dinero y amor; ilusiones, ideales, esperanzas, sentido común y la mar en coche, pero SOBRE TODO se lleva por delante a las romanticonas como usted. ¿O se creía que iba a poder escribir lo que se le diera la gana? Bueno, usted no pero yo sí. Yo pensé que iba a poder escribir en pos de un mundo mejor como intento en estos cortos brotes de idealismo que nadie lee salvo el que sí; creí que iba a poder subirme al ritmo galopante que la turra exige. Supuse sí que iba a costarme y REPLETA DE NERVIOS me apersoné ante el desafío pero nunca pensé que no iba a dormir más, jamás imaginé que iba a despertarme de madrugada con dolores en las piernas y en la cabeza pensando en el dilema de tal o cual personaje porque si no lo resolvía YA MISMO (y esto era tomarme mucho tiempo) la patada en el culo sería inexorable. ¿Sería inexorable? 

El rating del estreno no fue lo que esperaban y los días que siguieron fue de mal en peor, nadie entendía porqué si los textos eran buenos, los actores también, la dirección, el tema... La cosa es que los ánimos, que ya venían caldeados por el inconformismo del jefe Yankelevich, se fueron caldeando, de mal en peor. A esto se sumó que el otro jefe, el de la boina ganadora del Oscar se iba a trabajar a USA en otro proyecto que tenía en curso, ergo, nos quedábamos descabezados, sin timón en un mar despelotado, lleno de remolinos; y yo sin mi tablita de surf.... (Pausa exhausta...). Las cosas siguieron igual. Nadie daba directivas claras. Nos pasábamos el día en esa sala de la mesa ovalada discutiendo horas para llegar a conclusión ninguna e irnos a casa con nada. NADA. ¿Qué carajo querían que escribiera? No lo sabía. Y no me atrevía a preguntar tampoco porque los veía a todos muy nerviosos y porque sentía que si me habían llamado era para que hiciera, no para que preguntara qué tenía que hacer... Todavía sigo dudando, ¿tendrían que haberme dado directivas más claras? Supongo que sí, pero intuyo que tampoco ellos las sabían... 

A varios días de lo mismo colapsé. Me puse tapones en las orejas, salí de la puta sala. Necesitaba alejarme de ellos, del jovencito de la caca blanda, del barbudo de la madre jodida, y de los dos guionistas, que parecían cada vez más zombies, menos humanos, como si un ente invisible se los fuera consumiendo de a poco. ¿Eso era escribir televisión? ¡No podía ser posible! Pero si... Poco de lo que brilla es oro... 

Salí de la puta sala y me acomodé en la mesa cuadrada y enorme, la que usaban para almorzar; a esa hora estaba vacía. Me puse los tapones y me desconecté del mundo. Me lancé a escribir lo que me parecía, lo que saliera, ¿acaso no era buena para eso? (No). Cada tanto pasaba Campanella y sonreía. ¿Qué pensaría de mi el hombre? Vaya una a saber... Nunca dijo más que algún tipo de felicitación así que descontento conmigo por el momento no estaba. Así pasaron varios días y llegué a pensar que había encontrado el norte. Ingenuamente sentí que había descubierto la manera de navegar ese mundo, esa locura. Llegué incluso a sentir que qué exagerada había sido, que al final no era tan difícil ni tan grave y que el poder está dentro de ti si sigues las señales del Universo tu intuición y todas las boludeces de Coelho. Etc. Y sí, fue todo risas hasta que al fin entregué mi capítulo terminado a los dos directores del equipo de guión...

Continuará...

3 comentarios:

  1. Mee -perdón- Me he atribulado espectando su afanoso sueño de moverle la cola al perro, o su glotonería onírica con el dulce de Campagnola -por no aludir a su teta tet con el puerquito, rolando nosequé- desoyendo cual Ulyses al coro griego de ancianas lloronas que le aconsejaban sabiamente un gesto, un cambio... Aún puede, mi niña! Aunque más no sea, al menos, ...una bikini modelo 2015.

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    1. Estoy en terapia intensiva, peor que don Diego he quedado, cuando recupere el júbilo me doy una vuelta por el shopping Dot a por la prenda de dos piezas. Si remonto.

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    2. ¡Fuerza, mi niña! y con ansias espero, que recupere el júbilo, y me remonte...

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